Cristina Moneo, nacida en Covarrubias en 1968, lleva consigo las raíces de un lugar impregnado de historia y belleza natural. Sin embargo, es en el pintoresco pueblo de Santa Mera, en Villaviciosa, Asturias, donde ha establecido su santuario creativo desde 2001.

Este rincón asturiano se ha convertido en el epicentro de su inspiración. Aquí, las olas del Cantábrico y el verdor de los campos danzan en armonía con su imaginación. Por eso, los Cristina Moneo grabados son piezas impactantes.

Desde temprana edad, Cristina demostró una inclinación hacia la creatividad. Se formó en talleres formativos de dibujo, pintura, grabado y cerámica, marcando así los primeros pasos de su apasionante viaje artístico.

En 1993, culminó su formación académica al obtener la licenciatura en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco. Su influjo formativo resuena en su obra hasta el día de hoy.

La obra de Cristina Moneo es un fascinante tapiz tejido con hilos de diversas corrientes artísticas. Sus raíces se hunden profundamente en los movimientos que han marcado la historia del arte. Entre las principales influencias que moldean su expresión creativa, destacan:

• Arte informal: Absorbe la libertad y espontaneidad de esta expresión artística. Se trata de una corriente que desafía las convenciones formales y busca la expresión pura y directa del sentimiento a través del trazo y el color.
• Expresionismo abstracto: La energía visceral y la intensidad emocional característica del expresionismo abstracto también dejan su huella en la obra de Moneo. Sus composiciones, en ocasiones, parecen una danza caótica de formas y colores, donde la emoción se desborda en el lienzo.
• Abstracción lírica: Sus creaciones a menudo invocan una sensación de movimiento y melodía visual, llevando al espectador a una experiencia sensorial única.
• Arte de las culturas primigenias: Esta influencia añade una capa de profundidad y universalidad a su trabajo.
• Arte oriental: La fascinación de Moneo por las técnicas orientales como el taichi, la caligrafía y el Sumi-e se traduce en la delicadeza y armonía.

La obra de esta artista se ve enriquecida por su profunda inspiración en las técnicas orientales, que aportan una dimensión única y fascinante a su trabajo. El taichi, un arte marcial de origen chino conocido por sus movimientos fluidos y gráciles, influye en su obra al enfocarse en la armonía y la fluidez de la forma.

De igual forma, la práctica de la caligrafía oriental, con su énfasis en la precisión y la belleza del trazo, se fusiona de manera notable. Sus formas son un testimonio de su habilidad para comunicar emociones y conceptos a través de líneas precisas y gestos seguros, creando una sensación de vitalidad y energía en cada obra.

También destacamos la técnica japonesa del Sumi-e, que se centra en la simplicidad y la captura de la esencia de un objeto o escena. Es una parte integral de la expresión artística de estos trabajos. A través de esta influencia, sus obras a menudo encuentran la belleza en la simplicidad, invitando al espectador a contemplar la esencia de lo representado.

Esta rica fusión de técnicas orientales no solo añade una capa de profundidad y sofisticación a la obra de Cristina Moneo. También crea un diálogo intercultural entre el arte occidental y oriental.