¿Por qué poner grabados originales en tus paredes?

¿Por qué poner grabados originales en tus paredes?

La técnica del grabado es muy antigua y hasta el presente se mantiene como obras originales múltiples perfectas para decorar paredes. En Marlay tenemos una gran variedad de formatos, estilos y temáticas de distintos autores para que otorgues una imagen única a tus espacios.

El grabado está considerado dentro de las “artes mayores”. Desde el siglo XV, una obra de este tipo es reconocida como original cuando tiene la firma autógrafa del artista. De esta manera se evitan las falsificaciones.

Es así como los grabados originales son una extraordinaria herramienta de decoración por sus características particulares y alta precisión en el acabado. Esta es una técnica de reproducción de originales que ha alcanzado la categoría de obra de arte.

El grabado se crea desde una matriz o molde, el cual cada artista autentifica con su autógrafo en lápiz. De este modo, todos los datos y características visuales hacen constar que son obras originales.  Ahora bien, se hace con lápiz y no con tinta para la conservación de la obra, ya que así la estampa se mantiene inalterable con el paso del tiempo.

Es una disciplina creativa y un sistema de impresión lento y preciso que se realiza con distintas técnicas. Estas permiten reproducir de manera auténtica cada trazo del artista, lo que le proporciona mayor originalidad a cada diseño.

Otra de las bondades de los grabados es la posibilidad que nos ofrece para combinarlos con distintos materiales como la madera, el aluminio o el acero. De este modo, cada diseño se desarrolla de acuerdo a su finalidad. Esta puede ser artística, publicitaria, decorativa, fabricación de productos en masa o por transferencia de imágenes, frases y símbolos.

De esta manera, se determina la técnica, los materiales y las herramientas que se van a utilizar para cada ejemplar. Por ejemplo, para los grabados en relieve están hechos a partir de madera y se usan elementos cortantes en los procesos de las artes plásticas. 

En definitiva, puedes hacer un grabado en cualquier tipo de superficie. Todo depende de si el objeto es mate, brillante o reflectante. En estos últimos, el entorno se refleja en la superficie, tal cual como en un espejo. Es decir, cuanto más reflectante es la superficie, mayor protagonismo tienen los colores que la rodean.

Esta es una obra de arte que adquiere mayor fuerza con el paso del tiempo. El grabado se utiliza desde finales del siglo XV y se usó en todo el siglo XVII. Durante este periodo destacó Rembrandt y sus seguidores.

Asimismo, se utilizó para libros ilustrados como para grabados sueltos. Muchas veces, se combinó con el buril o la punta seca. Sin embargo, en el siglo XVIII perdió algo de fuerza en favor del buril, ya que esta técnica se adaptó mejor al estilo academicista.

En el siglo XIX cobra gran fuerza. Desde entonces, se utiliza ampliamente con distintos fines, sobre todo decorativos. De igual manera, el comercio de grabado experimentó una gran expansión por toda Europa. Esto permitió que se promulgara una ley para proteger la propiedad artística y favorecer la exportación. 

La forma de reproducción de los grabados es más económica para ofrecer un buen precio al público. Incluso, pueden ser más accesibles que los cuadros. Y es que es una obra original gráfica múltiple que se realiza a través de una plancha hecha por el artista. Aquí, se estampa sobre papel un determinado número de ejemplares.

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